El General Invierno y la Batalla de Teruel, Vicente Aupí

El General Invierno y la Batalla de Teruel

El impacto de los crudos temporales de frío y nieve de 1937-38 en el episodio central de la Guerra Civil Española.

Diciembre de 1937, la República se encuentra cada vez más mermada tras la campaña del Norte donde se ve nuevamente superada por las fuerzas franquistas  llegando a su vez a  perder más de 230.000 hombres  junto a gran cantidad de material, Franco sigue avanzando en su objetivo de aniquilar al Ejército Republicano y mantiene una obsesión a todas luces con gran lógica: la toma de Madrid. A finales de noviembre de 1937 los preparativos para hacer frente a una campaña sobre Madrid están listos, pero el Servicio de Información republicano tiene constancia de esos preparativos y decide dar un golpe de mano que evite la ventaja estratégica nacional, Teruel iba a ser el objetivo y la manera de contragolpear el preparado ataque nacional a la capital de España. La campaña de Teruel comenzaría el 15 de diciembre de 1937 y acabaría definitivamente el 22 de febrero de 1938 con la recuperación por parte del bando franquista de la capital del Bajo Aragón. Esta batalla, y los condicionantes climáticos siempre tan ligados a ella, conformaran el eje central de este original trabajo de su autor, Vicente Aupí, periodista de profesión y apasionado de la astronomía y del estudio del clima. Esta pasión por la meteorología le llevó hace más de treinta años a crear en Torremocha de Jiloca( Teruel) su propio observatorio y a centrar su zona de estudio climático en lo que él denomina Polo del Frío, triángulo geográfico que forman Teruel, Calamocha y Molina de Aragón. Estamos pues ante todo un especialista en la climatología.

Entremos ya en el contenido del libro. Seguramente todos aquellos que sean aficionados a la Historia Militar y, en especial a la Guerra Civil española, sabrán de buena tinta que a  esta campaña siempre le ha acompañado el terrible frio que padecieron ambos ejércitos combatientes y que en definitiva marcaría el desarrollo de la misma. Los Brigadistas Internacionales se referían a esa zona de operaciones de la siguiente manera…Polo Norte, sector Teruel….parece claro que el calificativo tenía razón de ser. Muchos contendientes extranjeros que acudieron a luchar a España creían ingenuamente que en nuestro país el sol y el calor era algo casi cotidiano….se equivocaron y muy bien lo pudieron comprobar en las llanuras de Teruel aquel invierno de 1937-38, aunque para ser justos tampoco los mandos españoles esperaban enfrentarse a temperaturas tan extremas, así que como sucedió a Hitler en el frente ruso la indumentaria y equipos para hacer frente a una climatología tan complicada no estuvo a la altura…y bien caro lo pagaron los soldados. El clima, la dureza del invierno y el frio son los protagonistas de este trabajo, datos rigurosos apoyados por estadísticas muy bien documentadas, relatos personales que avalan dichas cifras y una cronología histórico-meteorológica día a día donde se recogen, desde el 15 de diciembre hasta el 22 de febrero,  los principales sucesos de la batalla y los datos meteorológicos concretos de forma que pueda observarse con precisión su paralelismo en el desarrollo de la misma, tal y como comenta su autor.

Vistos los objetivos que se ha marcado Vicente Aupí a lo largo y ancho de la obra pasemos a comentar algunos aspectos más destacados de la misma. El clima es desde luego básico para acometer con éxito una campaña militar, podríamos aquí acordarnos de la terrible ansiedad de Eisenhower ante las adversas condiciones atmosféricas en los momentos previos al desembarco de Normandía en junio de 1944, la animadversión de Hitler ante la nieve, el desastre de Napoleón en la campaña de Rusia en 1812, y así podríamos seguir con más ejemplos que demostrarían la importancia fundamental del clima a la hora de desarrollar y poner en marcha cualquier plan operacional sobre el terreno. Uno de los mitos de Teruel es el de que aquel invierno fue el más crudo del siglo XX, a veces se ha comentado en más de una obra que la nochevieja de 1937, uno de los momentos cruciales de la batalla ya que los nacionales se plantaron a las puertas de Teruel y los republicanos abandonaron algunas posiciones claves en la ciudad, se dieron temperaturas de hasta -24º, esto viene asociado a la famosa nevada que cayó aquella noche dando pie a pensar que las temperaturas se desplomaron…..todos los que conozcan o vivan en zonas donde las nevadas son numerosas sabrán que cuando este fenómeno se produce el cielo suele estar tapado y eso evita que el termómetro no se dispare negativamente, salvo en alta montaña, pero no era el caso de Teruel. Para darse esa temperatura debería haber estado el cielo raso, es en ese momento cuando las heladas hacen acto de presencia. Seguramente como comenta el autor la ventisca y la humedad ayudaron a dar esa falsa imagen de frío tan extremo tal y como recogen numerosas obras. Durante la primera semana de enero sí se dieron esas famosas heladas alcanzándose temperaturas de hasta -20º. José Larios famoso piloto del bando nacional comentaba que apenas podía moverse del avión cuando tomaba tierra, temperaturas de -20º en tierra y de hasta -50º a 5000 metros eran los responsables de esa situación. Wolfram von Richthofen, jefe de la Legión Condor, lo reafirmo también en su diario…” la situación meteorológica es seria”…..¡y tan seria!…Curioso también es la llamada inversión térmica a ras del suelo que se dio en Teruel, este factor que resultó catastrófico para el soldado venía determinado por la siguiente ecuación: al tumbarse en el suelo el soldado quedaba sometido sin saberlo a temperaturas de entre 3 y 8 ºC más frías que las que se daba a 1’5 metros, es decir, si estabas estirado las posibilidades de congelaciones eran muy superiores a las que se podían dar en una posición erguida…..las extremidades inferiores pagarían en mayor medida los efectos de esta inversión térmica.

En resumen y realizando un breve análisis de las temperaturas siguiendo las fechas de la batalla podríamos resumirlas de la siguiente manera: los días 11, 13 y 14 de diciembre de 1937 se produjo una ventisca de nieve  que amainó transitoriamente el día 15, de ahí que los republicanos acometieran en esa fecha la ofensiva; el frio continuó hasta el día 20 dando el clima, aunque seguía haciendo ciertamente frío, una pequeña tregua la semana del 21 al 27 hasta que el 28 comenzó el periodo más crudo del invierno llegando hasta la primera semana de enero; la segunda quincena de enero, para lo que suelen ser las temperaturas turolenses, el clima fue menos frío y eso ayudó a levantar la moral de la soldadesca…pero febrero volvería a traer el terrible frío y con ello el desplome de las temperaturas.

Para finalizar me gustaría también destacar uno de los capítulos de este libro donde se analizan las otras guerras del General Invierno teniendo a Hitler y a Napoleón como protagonistas del mismo, el frío marcó estas campañas y la historia no fue la que esperaban sus respectivos jefes.

En definitiva, y como dijo el general Muñoz Grandes primer jefe de la División Azul en una entrevista tras regresar del frente ruso y ser preguntado sobre el frío en esa campaña….”¿frío?….para frío el que pasamos en Teruel en 1938”…….

Saludos.

Autor: Vicente Aupí
Prólogo: Ramón Buckley
Formato: 17×24 cms
Páginas: 256
115 fotografías, 16 tablas, 8 mapas de reanálisis meteorológico, 11 mapas históricos.
– Cronología histórico-meteorológica de la Batalla de Teruel día por día
Encuadernación: Rústica.
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3 comentarios en “El General Invierno y la Batalla de Teruel, Vicente Aupí

  1. Mi abuelo estuvo allí, y siempre nos hablaba del frío y hambre que pasó…
    He leído dos libros sobre esta batalla que me parece apasionante, y no descarto hacerme también con este, que tiene un enfoque distinto.
    Buena reseña David, gracias.

  2. Excelente reseña, de una batalla sin duda especialmente dura y en gran parte por el frio. Sólo una observación: el uso de la palabra soldadesca, si bien significa «profesión o ejercicio de soldado», también hace referencia a un conjunto de soldados más bien caracterizados por su indisciplina, no creo que fuera su intención dar esa imagen. Disculpe que sea tan puntilloso, pero es una palabra que se usa en muchas ocasiones para hacer referencia a soldados perfectamente disciplinados, veo más acertado en esos casos hablar simplemente de soldados o tropa. Gracias.

  3. Gracias a ambos.

    Mi abuelo también estuvo en la batalla de Teruel y fue hecho preso por los republicanos pasando el resto de la guerra en el Penal de San Miguel de los Reyes en Valencia; una dura batalla, no me extraña que los Brigadistas internacionales se refirieran a ella como Polo Norte, sector Teruel. El libro es, en mi humilde opinión, muy original, además no podemos obviar la climatología a la hora de plasmar sobre el terreno la táctica a seguir….y en Teruel perjudicó a ambos contendientes sin duda.

    Aceptado el apunte sobre el término «soldadesca» y no hay nada que disculpar, desde luego mi intención va dirigida más hacia el término tropa o soldado que a un calificativo como el de indisciplinados, como usted muy bien afirma.

    Un saludo.

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