Es curioso como en la magnitud de las dos guerras mundiales pasadas y sus vastas campañas, hay historiadores que aseveran que ambas guerras se decidieron en el mar. Luís de la Sierra y Mateo Mille por ejemplo lo aseguran en lo que toca a la Primera Guerra Mundial y en este caso, Andrew Williams lo afirma en lo tocante a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, estas campañas siempre han estado en un segundo plano de estudio en comparación con las campañas terrestes o aéreas como el caso de la Batalla de Inglaterra.
Su tesis, a groso modo, es que si los alemanes hubieran conseguido extrangular definitivamente a los británicos, éstos se hubieran visto obligados a negociar una paz que hubiera dejado a los alemanes con toda Europa Occidental bajo su yugo. Con toda Europa y el Mediterráneo dominados, esto hubiera extinguido las posteriores operaciones de apertura de un segundo frente tanto en el Norte de África como por supuesto en el continente. Sigue leyendo